La oración memoriosa de un “pichón” de Jesuita.

Inicio dándome el tupé  de usar la misma expresión que uso el Papa Francisco para describir a la oración; él dijo: “la oración es para mí siempre una oración ‘memoriosa’, llena de memoria, de recuerdos, incluso de memoria de mi historia o de lo que el Señor ha hecho en su Iglesia o en una parroquia concreta”.

La ordenación sacerdotal de tres hermanos jesuitas: Erardo, Gerardo y Robert  fue un regalo del Señor para tener una oración  ‘memoriosa’. Una  “montaña rusa” de emociones bonitas y agradecidas fueron las vividas esa mañana, procedo a describirlas  desde la óptica de un “pichón” de Jesuita.

Día previo a la ordenación, día de ensayo, ahí están los tres diáconos faltando horas para ser sacerdotes, después de más de 12 años de camino recorrido en la  Compañía de Jesús, se les nota algo nerviosos. Esos nervios se comparan en cierto punto a los nervios que sintió quien escribe, cuando hace  4 años atrás inicie mi proceso vocacional asistiendo al Encuentro Loyola – Primer Encuentro del Itinerario Vocacional de la Sj en Venezuela para los jóvenes con inquietud vocacional-. Cosas de la vida, ese encuentro fue acompañado por dos maestrillos para ese momento: Robert y  Erardo.  Unos meses después en el Campamento Vocacional  SJ en Santiago –  Edo. Trujillo -  conocería a Gerardo quien para ese momento realizaba su magisterio en San Javier del Valle.

Llegó el gran día, la Iglesia se empieza a llenar, van llegando los familiares de los ordenandos, se ven felices, la emoción no les cabe en el rostro. Los Jesuitas también van haciendo presencia, llega el Párroco, llega el director de la Revista, llega el  “Padre” de las vocaciones, los SJ vamos haciendo compañía en este día tan especial a Erardo, Gerardo y Robert. Los acompañamos, como lo que somos, hermanos; atrás quedan nuestras labores semanales. Todos los días, pero ese en especial, nos congrega el buen Dios como “amigos en el Señor”, esto prevalece siempre, es una persuasión íntima que se va haciendo cada día más fuerte en mis años de SJ.

Sentados en el altar, revestidos de primeros, estaban Arrieta y Erdozaín; dos de nuestros viejos queridos SJ. Dicho coloquialmente no se “pelan” ninguna celebración, que ejemplo de sentir con la iglesia para los jóvenes. “Reza pa´que persevere” - le dije al Padre Arrieta – él, con un humor fino que no pierde con los años, me contesta: “Sí lo hare, pero tú también tienes que rezar”.

Inicia la Ordenación y el resto es  ¡CONSOLACIÓN PURA!  Alegría por los  nuevos “Padres” Erardo, Gerardo y Robert. Alegría por  encontrarme con tantos hermanos de la “mínima”  unidos en un mismo sentir desde nuestras realidades y ocupaciones. Alegría porque esta opción de la que una vez me hablaron  en un ya lejano Encuentro Loyola, Robert y Erardo veo  POSIBLE en ellos y en tantos compañeros Jesuitas.

Termine pidiendo al Dios de la vida, el ánimo decidido, la liberalidad necesaria para perseverar. Sí Arrieta… rezando en el día a día con memorias y recuerdos, al puro estilo de una oración memoriosa.


Isaac Daniel Velásquez SJ.

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