La ordenación sacerdotal de tres hermanos jesuitas: Erardo, Gerardo
y Robert fue un regalo del Señor para
tener una oración ‘memoriosa’. Una “montaña rusa” de emociones bonitas y
agradecidas fueron las vividas esa mañana, procedo a describirlas desde la óptica de un “pichón” de Jesuita.
Día previo a la ordenación, día
de ensayo, ahí están los tres diáconos faltando horas para ser sacerdotes,
después de más de 12 años de camino recorrido en la Compañía de Jesús, se les nota algo
nerviosos. Esos nervios se comparan en cierto punto a los nervios que sintió quien
escribe, cuando hace 4 años atrás inicie
mi proceso vocacional asistiendo al Encuentro Loyola – Primer Encuentro del
Itinerario Vocacional de la Sj en Venezuela para los jóvenes con inquietud
vocacional-. Cosas de la vida, ese encuentro fue acompañado por dos maestrillos
para ese momento: Robert y Erardo. Unos meses después en el Campamento
Vocacional SJ en Santiago – Edo. Trujillo - conocería a Gerardo quien para ese momento
realizaba su magisterio en San Javier del Valle.
Llegó el gran día, la Iglesia se
empieza a llenar, van llegando los familiares de los ordenandos, se ven
felices, la emoción no les cabe en el rostro. Los Jesuitas también van haciendo
presencia, llega el Párroco, llega el director de la Revista, llega el “Padre” de las vocaciones, los SJ vamos
haciendo compañía en este día tan especial a Erardo, Gerardo y Robert. Los
acompañamos, como lo que somos, hermanos; atrás quedan nuestras labores
semanales. Todos los días, pero ese en especial, nos congrega el buen Dios como
“amigos en el Señor”, esto prevalece siempre, es una persuasión íntima que se
va haciendo cada día más fuerte en mis años de SJ.
Sentados en el altar, revestidos
de primeros, estaban Arrieta y Erdozaín; dos de nuestros viejos queridos SJ.
Dicho coloquialmente no se “pelan” ninguna celebración, que ejemplo de sentir
con la iglesia para los jóvenes. “Reza pa´que persevere” - le dije al Padre
Arrieta – él, con un humor fino que no pierde con los años, me contesta: “Sí lo hare, pero tú
también tienes que rezar”.
Inicia la Ordenación y el resto
es ¡CONSOLACIÓN PURA! Alegría por los nuevos “Padres” Erardo, Gerardo y Robert.
Alegría por encontrarme con tantos
hermanos de la “mínima” unidos en un
mismo sentir desde nuestras realidades y ocupaciones. Alegría porque esta
opción de la que una vez me hablaron en
un ya lejano Encuentro Loyola, Robert y Erardo veo POSIBLE en ellos y en tantos compañeros
Jesuitas.
Termine pidiendo al Dios de la
vida, el ánimo decidido, la liberalidad necesaria para perseverar. Sí Arrieta…
rezando en el día a día con memorias y recuerdos, al puro estilo de una oración
memoriosa.
Isaac Daniel Velásquez SJ.
0 comentarios: